Flores y Arte

La otra mirada

“Detrás de cada flor, discernimos un universo singular y del conjunto emerge una emoción particular”
Azuma Makoto

William Morris, Van Gogh o David Hockney, entre otros, las han representado vivas o marchitas, en conjunto o solitarias. El lenguaje floral siempre ha sido foco de mirada para los artistas. Inspiraron a grandes pintores que plasmaron su belleza dotándola siempre de su propio lenguaje.

Ya en el comienzo de la pintura y las representaciones gráficas, el Sol era representado con la figura de la flor de loto en Egipto. Adornaba objetos y símbolo de amuleto por lo que también se colocaron físicamente en accesorios y complementos.

En arte floral y la religión siempre han guardado estrecha relación. Los claveles rojos se asociaban a la diosa griega Hera, erótica y fértil, pero fue con los retratos de la Virgen María cuando esta flor adquirió el significado de castidad y pureza. El cambio de denotación siempre oscila según las épocas, personajes y artistas. Las flores, del mismo modo que nacen, adquieren un concepto que con el paso del tiempo, madura, cambia y termina marchitándose…

Precisamente sobre esta última etapa, la de desgaste vital le gustaba pintar a los holandeses que en el siglo XVII comenzaron a divagar sobre la fugacidad de la vida. Hasta el momento las calaveras y los relojes de arena representaron esta idea pero fueron ellos quienes introdujeron las flores marchitas como símbolo de muerte.

Por el contrario, las flores frescas, eran emblema de poder y honor a la naturaleza.

Un siglo más tarde, aparecieron en escena las ilustraciones botánicas. Fue el médico griego Krateus quién comenzó a dibujar estas plantas gracias al saber adquirido en sus experimentos científicos. Todo se crea y se recrea por lo que los medievales y renacentistas tomaron nota y continuaron el legado. La edad de oro de la botánica fue el período de años entre el 1750 y 1850.

Ya en la Era Victoriana, el mandato de la Reina Victoria limitó los estándares de etiqueta afectando a la comunicación entre la clase alta de Inglaterra. Para poder establecer y cuidar las relaciones, la sociedad tuvo que idear una alternativa y la encontró en las flores. Fueron el medio transmisor de mensajes secretos y de indirectas de toda índole: amistad, conquista romántica o vergüenza. Eran el medio ideal para que la comunicación fluyera.

Un siglo después, los realistas y, sobre todo, los impresionistas optaron por recrear escenas y objetos cotidianos en sus lienzos, entre ellos todo tipo de flores.

Georgia O´Keeffe, reconocida como la madre del modernismo americano, pintó paisajes de Nuevo Mexico, rascacielos de Nueva York y, por supuesto, flores. Las observaba con detenimiento y cada lienzo representaba un estudio basado en la fertilidad y la vida vegetal.

Para Warhol, el ramo aparece como un puro objeto de consumo, impreso en serie, en el mismo plano que los retratos de Marilyn Monroe.

Otros artistas contemporáneos también han asociado la representación del ramo de flores con lo efímero, como Azuma Makoto, Hiramatsu Reiji o Banksy.

Desde la Antigüedad hasta el presente, las flores han estado presentes en nuestras vidas…delicadas, misteriosas, sublimes…

Duración:
12 clases virtuales.

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